domingo, 12 de julio de 2009

Archivo 2º ES BENIGNO.

Benigno es la palabra griega “crestos”, dicho de personas bondadosas. Significa no meramente bondad como una cualidad, sino la bondad en acción, una benignidad que se expresa en actuaciones concretas, mostrarse uno mismo útil, actuar en forma benevolente.
Tratándose de Dios, extiende el bien a todos los que buscan su benignidad a trabes de su palabra. Romanos cap. 2: 4. ¿O menosprecias las riquezas de su Benignidad, paciencia y longanimidad Ignorando que su benignidad te guía
Al arrepentimiento?

Arrepentimiento es la palabra griega; “matanoia” y significa: reversión de o por la decisión de otro, reconsiderar (sentir compunción), arrepentirse, comprender por observación. Dios la ha diseñado y adoptado para este fin y como indica la palabra, no es para menospreciarla, es para vivirla y disfrutarla.
Efesios cap. 2 vers. 7 y 8. Muestra el porque y el para que necesitamos de esta benignidad (bondad) de Dios.
Vers. 7 para mostrar en los siglos venideros
Las abundantes riquezas de su gracia
En su bondad para con nosotros en
Cristo Jesús.
Vers. 8 Porque por gracia sois salvos por medio
De la fe; y esto no de vosotros, pues es
Don de Dios.

“Para mostrar en los siglos venideros”, esta indicando las edades de estos tiempos, en esta administración de “la gracia”, donde se hallaba escondido el gran misterio Colosenses cap. 1 vers. 26 y 27. “Cristo en vosotros la esperanza de gloria”. La palabra “venidero” no excluye el tiempo presente en aquel entonces, sino simplemente da a entender las edades que seguirán a aquel tiempo cuando Cristo “juntamente los resucito” (en espíritu).
En su bondad (benignidad) en Cristo, esta misma expresión es repetida frecuentemente para hacer notar que todas nuestras bendiciones se concentran “en el”.
Vers. 8 “Porque por gracia sois salvos”, ilustra “las abundantes riquezas de su gracia en su bondad”, de la siguiente manera; “Estáis salvados”, tiempo perfecto, voz pasiva, “habéis sido salvados, y quedáis salvados”, por la fe. La fe es el instrumento o el medio de parte de la persona salvada.
“Y esto no de vosotros”, esta indicando, que el acto de creer, o la fe no proviene de vosotros en contraposición “es don de Dios”.
“Dios justifica al hombre creyente, no por el merito de su creencia, sino por el merito de Aquel en quien cree”.
Mientras la “paciencia” activa el perdón hacia otros, la benignidad se concreta en acciones paralelas a la misericordia, ambas van de la mano y ambas propulsan el deseo de procurar lo mejor para el otro.
“Crestos” (benigno), se traduce también como; bueno, virtuoso, gentil, placentero es el contraste de duro, brusco o amargo.
Es importante saber también porque “benignidad” esta en segundo lugar, hemos visto que el numero “uno” excluye toda diferencia y denota aquello que es soberano y único. Pero “dos” afirma, que hay una diferencia o sea hay otro, mientras “que ”uno” afirma que no hay otro.
Esta diferencia puede ser para bien o para mal; una cosa puede diferir del mal y ser buena o puede diferir del bien y ser mala, por ello el número “dos” asume un diferente color, en base o según el contexto.
El numero “dos” es el primer numero por el que podemos “dividir” otro, y por ello en todos sus usos podemos seguir esta idea fundamental de, división o diferencia; pero también los “dos” pueden ser, aunque diferentes en su carácter, uno en cuanto a testimonio y amistad y el segundo que llega puede ser para ayuda y liberación, y este es el caso de 1ª de Corintios 13: 4, suma, ayuda y libera. La benignidad siempre suma a la paciencia y esta sostiene a la benignidad. Cuando la tierra se encontraba en el caos que la había abrumado
(GN. 1:2) , su condición era de ruina y tiniebla universal, lo segundo que se registra en relación con la creación es la introducción de una segunda cosa: “la luz”; y de inmediato hubo diferencia y división, porque Dios separo la luz de las tinieblas, “y vio Dios que la luz era buena”(GN. 1:4 primera parte), podemos ver que esta división “sumo” y “ayudo” en su obra.
El segundo de cualquier cantidad de cosas siempre lleva la marca de la diferencia por esto es que, “paciencia “(misericordia) no es lo mismo que ser “benigno”, no son palabras sinónimas, aunque parezcan parecidas en su uso y aplicación, no es lo mismo ser paciente que benigno pero ambas suman al andar de amor.
Otro gran ejemplo en la palabra son los dos mandamientos (MT. 22: 37 a 40),

Vers. 37, Jesús le dijo: amaras al Señor tu Dios con
Todo tu corazón, y con toda tu alma, y con
Toda tu mente.
Vers. 38. Este es el primero y grande mandamiento.
Vers. 39. y el segundo es semejante: amaras a tu
Prójimo como a ti mismo.
Vers. 40. de estos dos mandamientos dependen toda
La ley y los profetas.

No se puede decir que se ama a Dios con todo el corazón, con toda el alma y con toda la mente sino se ama al prójimo como a uno mismo, es mentira decir que se ama a Dios si se aborrece al prójimo o se lo tiene en menos o desprecia, el segundo en este caso esta para sumar no para dividir; amar (ágape) al prójimo es amar (ágape) a Dios y no se los puede separar.
Semejante es la palabra griega: “jomoioo” y significa llegar a ser similar, pero proviene de otra palabra griega que es “jama” he indica, “AL MISMO TIEMPO”, denotando asociación estrecha, -con, juntamente, también-.

EL PRIMER MANDAMIENTO DE TODOS ES: “AMARAS PUES”; aquí tenemos el lenguaje de la ley expresivos de los derechos de Dios. ¿Qué pues estamos exhortados a hacer?, una sola palabra lo expresa, ¡“AMAR”!. Si la esencia de la ley hubiera consistido en hechos, hubiera sido imposible expresarla en una sola palabra, porque ningún hecho solo abarcaría todos los demás hechos incluidos en la ley, pero como consiste en un efecto del alma una palabra basta para expresarla; el amor (ágape) aunque se le debe a Dios y es ordenado por El, es limitado en su esfera y distante en su carácter, la confianza y la esperanza y otras virtudes semejantes, aunque son rasgos esenciales del correcto estado del corazón para con Dios, son llamados a ejercicios solo por la necesidad personal y por lo tanto aunque en un sentido recto, son propiamente afectos egoístas, es decir, tienen que ver con nuestro propio bienestar.
Pero el AMOR (AGAPE) todo lo incluye, abarcando no solo todo otro afecto propio al objeto de su amor, sino todo aquello que es propio para ser hecho al objeto; porque así como el amor busca espontáneamente agradar a su objeto de esta manera, en las relaciones de los hombres para con Dios, el “amor” es la fuente natural de la obediencia voluntaria, este es además, el mas personal de todos los afectos.
Uno puede tener esperanza en un acontecimiento; uno puede gozarse en un acontecimiento, pero uno puede amar solo a una persona, (phileo); el amor (ágape) es el mas desinteresado, es el mas tierno y el mas digno y divino de todos los afectos, tal es que se declara que en el consiste la esencia de la ley divina.
Llegamos ahora al Objeto glorioso de aquel afecto: “amaras al Señor tu Dios”- es decir al padre Celestial, el Ser auto-existente, el que se ha revelado como el “YO SOY”, y que fuera de El no hay “mas”; quien aunque por su nombre Jehová,
Aparentemente esta a una distancia inaccesible de sus criaturas finitas, sin embargo sostiene una relación real y definida para con sus hijos/as, de la cual nace el derecho de El y el deber de sus hijos/as a amarlo con el mismo amor con que El nos ama.
Pero también se nos instruye con que debemos amarlo, y se menciona cuatro cosas; primero “de todo tu corazón”, la palabra “corazón es la palabra griega kardia y esta indicando la sede de los pensamientos mas seleccionados ( de acuerdo a la palabra escrita) y los sentimientos generados por dicha palabra.
Segundo, y “de toda tu alma”, esta palabra “alma” corresponde a la palabra griega psuje que significa ser, persona, vida: ¿que seria entonces amar a Dios con toda tu alma?, ponerle sentimiento y calor en el diario vivir, ser benigno seria uno de los ingredientes y ser pacientes en esta benignidad seria el otro.
Tercero, y “de toda tu mente”, la palabra mente es la palabra griega dianota y se refiere a un pensamiento hondo, la facultad mental y su ejercicio; es poner inteligencia en esta clase de amor, en oposición a una devoción ciega, o a un mero fanatismo, por esto y para esto están expuestas las características del amor (ágape), para no desviarnos como los que no tienen instrucción. Y por esto mismo, el chequeo diario de estas características no seria opcional en la vida de cada creyente sino una elección inteligente y necesaria.
Cuarto, y “de todas tus fuerzas”, tal vez el mejor referente para esta palabra “fuerzas” es una cita bíblica, en el libro de Eclesiastés cap. 9, vers. 10 leemos lo siguiente: vers. 10. Todo lo que te viene a la mano para hacer,
Hazlo según tus fuerzas; porque en el Seol (en la muerte)
A donde vas, no hay obra, ni trabajo, ni ciencia,
Ni sabiduría.

En otras palabras y según el contexto, si sabes que hacer y como hacerlo, ama a Dios y a tu prójimo según tus fuerzas y esto se hace en esta vida.
Si unimos estas cuatro cosas, el mandamiento es: “Amaras al Señor tu Dios con todas tus facultades: con un amor genuino, un sentimiento puro, inteligente y enérgico.
Esto es en cuanto al primer mandamiento, y el segundo es semejante a el; “semejante” es exigir el mismo amor, y solo la extensión de el en su medida propia a las criaturas de aquel a quien así amamos, o sea a nuestros hermanos en Cristo que participan de nuestra misma naturaleza y a todos los que nos rodean, quienes están unidos con pendientes unos de otros, y necesarios unos de otros, o sea los que no son renacidos todavía.
Amaras a tu prójimo como a ti mismo; la mejor manera de amarse uno, a uno mismo es, amando a Dios por sobre todas las cosas y horizontalmente a los demás a obrar y ser pacientes por ellos como razonablemente esperaríamos que ellos lo hicieran por nosotros, esta es “la regla de oro”.
Mateo cap. 7, vers. 12: “Así que en todo traten ustedes a los
Demás tal y como quieren que ellos
Los traten a ustedes. De hecho, esto
Es la ley y los profetas.”

Ser benigno tiene todo que ver con un trato hacia los demas como nos gustaria que nos traten a nosotros mismos; esta benignidad al igual que la paciencia comienzan ambas por casa, no caigamos en el sutil engaño de esperar que el otro comience, porque esto tambien es parte de ser inteligentes no dejarnos arrastrar por las corrientes de este mundo, en donde nadie quiere dar el primer paso, donde nadie quiere comenzar a hacer algo si el vecino o el compañero de trabajo no lo hace primero, amar a Dios y amar al prójimo es el acto del pleno ejercicio de una razon iluminada y esto tambien es por gracia.
Una definición muy interesante de “benignidad” es, “no tomar en cuenta la ingratitud de otros”, muchas veces esperamos de las personas que nos rodean, ya sea en nuestros compañeros de trabajo, en el ambito familiar he inclusive en la iglesia, tal vez nunca recibamos de todos estos, pero una cosa es segura; que de Dios SI, O SI VAMOS A RECIBIR y esto lo garantiza El, el mismo Dios, nuestro Padre Celestial.
Como característica espiritual, practicar esta benignidad va más allá de un entendimiento de lo que es recto o bueno, acentúa la buena disposición a actuar si hubiera revelación especial y la libertad de la resolución dada por Dios, con respecto a lo que es bueno para determinada situación. El evangelio de Lucas da una enseñanza unida que resume todo el asunto, Lucas cap.6, vers.31. Lee.

31- Y como queréis que hagan los hombres con vosotros,
Así también haced vosotros con ellos.
32- Porque si amáis a los que os aman, ¿Qué merito tenéis?
Porque también los pecadores aman a los que los aman.
33- Y si hacéis bien a los que os hacen bien, ¿Qué merito
Tenéis? Porque también los pecadores (los no instruidos)
Hacen lo mismo.
34- Y si prestáis a aquellos de quienes esperáis recibir, ¿Qué
Meritos tenéis? Porque también los pecadores prestan a
Los pecadores, para recibir otro tanto.
35- Amad, pues, a vuestros enemigos, y haced bien, y prestad
No esperando de ello nada ; y será vuestro galardón grande
Y seréis hijos del Altísimo; porque El es benigno para con
Los ingratos y malos.
36- Sed, pues, misericordiosos, como también vuestro padre
Es misericordioso.

Ser benigno y misericordioso o paciente, es una de las claves para andar “liviano” en el diario vivir y así poder recibir las promesas y bendiciones de Dios, requiere renovar la mente al punto de hacer la primera parte de otra gran revelación escrita en el libro de Efesios, en el cap. 4, y en el versículo 32,

Leemos- Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos
Perdonándoos unos a otros, como Dios también os
Perdono a vosotros en Cristo.

Lo opuesto a ser benigno es ser amargo, tanto de espíritu como de palabra, de ahí surgen la aspereza y también la ira, y este ultimo es un resentimiento permanente muy opuesto a perdonar, este termino “ira” es comparado, con un caballo que aíra contra su jinete.
“La amargura” engendra “enojo”; “el enojo”, “ira”; “la ira” “voces”, y “las voces”, “maledicencia”, calumnias, insinuaciones y por ultimo conjeturas que engendran el mal y “la malicia” es la raíz “SECRETA” de todo mal.
Los fuegos que son alimentados por dentro, y no se manifiestan a los que pasan por fuera, son los que causan mas daño, por esto es que necesitamos del cuidado de Dios y del consejo de Dios.
Dios se ha mostrado benigno y misericordioso y perdonador para con nosotros; no es sino justo que , nosotros a nuestra vez lo seamos para con nuestros semejantes , quienes no han pecado contra nosotros en tal grado como nosotros hemos errado contra Dios.
Es Dios en Cristo, quien nos concede perdón, el acto de perdonarnos le costo a Dios la muerte de su hijo, y si tenemos un átomo de conciencia, la mas minima partícula de honestidad, no, nos debería costar nada a nosotros perdonar a nuestros semejantes, Dios perdono el pecado en Cristo “una vez y para siempre”, y esto a veces lo tomamos como un hecho histórico pasado, sin darle el verdadero valor del hecho histórico presente.

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